Da Vinci, Dibujos
Durante sus 67 años de vida hizo de todo: pintor, escultor, arquitecto, orfebre, diseñador de máquinas, etc.
Anatomista, realizó disecciones en Florencia, Milán y Roma. Al principio, siguió las enseñanzas de Aristóteles y, luego, las de Galeno, para al fin observar y dibujar por cuenta propia. En 1489 hizo una serie de dibujos del cráneo muy estimables; más tarde (hacia 1500) otra sobre el sistema cardiovascular y del sistema genitourinario femenino.
Aunque representó el corazón como un músculo por vez primera, no llegó a conocer la circulación menor de la sangre como se ha dicho.
Describió también el sistema nervioso, el respiratorio y el digestivo. Semejante tarea, que le llevó cerca de 40 años, dio como resultado una colección de 779 dibujos de los que se conservan unos 600.
Trascendencia
Desgraciadamente, las 228 planchas anatómicas de Leonardo no se imprimieron y, tras su muerte, se dispersaron por diversos lugares de Europa. A España llegaron en 1591 abundantes manuscritos vendidos por Oracio Menci, que los recibió de su padre Francesco Menci, a su vez heredero del gran maestro.
A Inglaterra fueron a parar abundantes materiales, a la biblioteca del castillo de Windsor, donde en 1780 el bibliotecario real Dalton los descubrió y en 1796 John Chamberlain llevó a cabo la edición de los mismos.
Estuvieron los trabajos de Leonardo da Vinci doscientos años fuera de circulación. Cuando aparecieron ya no suponían nada frente al desarrollo de la anatomía que en aquellos momentos había descubierto y descrito casi todas las estructuras macroscópicas (y muchas microscópicas). Desgraciadamente, pues, la obra anatómica del autor de “La Gioconda” tuvo poca trascendencia científica y apenas fue conocida por algún coetáneo pintor (se dice que influyó en el propio Alberto Durero).
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